- ¿Nos podrías explicar cómo surgió Amb de Pallasso? ¿Qué se encontrará el público que vaya a verlo?
Este espectáculo surgió de la idea que los clásicos nunca mueren, por eso he hecho una compilación de números que he ido haciendo durante los últimos años, con una mirada renovada donde el público que nos venga a ver a buen seguro que pasará un buen rato. No hay más pretensión que la de entretener y hacer que los niños y no tanto niños rían y se sorprendan con los diferentes números de magia a través de las locuras de un payaso clásico y acompañado de música en directo de la mano del maestro Joan Vallcorba.

En Amb de Pallasso e rompe la cuarta pared, ¿para tú cuál es la importancia de hacer un espectáculo donde el público sea partícipe en todo momento?
Los payasos sin público no somos nadie, así que yo hago partícipe al público en todo momento, tanto a los niños y niñas que suben arriba del escenario como a los que están a platea. Me dedico a "tirar pelotas" al público para que me las devuelvan, esto es arriesgado, pero a la vez hace que el espectáculo sea fresco y siempre pasen cosas nuevas.

En este espectáculo haces números de magia y clásicos de toda la vida, pero con una mirada renovada. ¿Cómo crees que es de necesario aportar cambios en los shows clásicos? ¿Dirías que es la parte más complicada del proceso de creación?
Como ya he dicho, los clásicos no mueren nunca, a veces hay que hacer pequeños ajustes porque el mundo gira muy deprisa, pero soy un firme defensor de los clásicos. Nos rodean un montón de estímulos tecnológicos, redes sociales, videojuegos etc. y aun así un buen número de circo, un payaso, una canción, una pieza de danza... todavía nos emociona.

Después de trabajar como payaso con artistas como Jango Edwards y Tortell Poltrona y participar en producciones del Circ Cric y Comediants creaste tu propia compañía, ¿qué te empujó a hacerlo?
Trabajar con grandes payasos ha sido una escuela por mí, he aprendido mucho de cada uno de ellos, pero supongo que un día llega al momento de hacer tu propio camino, o al menos de intentarlo. Creé compañía propia por la necesidad de poder explicar mis locuras, de explicarlas a mi manera.

Llevas muchos años trabajando como payaso, ¿cómo crees que ha ido cambiando el público durante este tiempo?
El público cambia en cada función, cambia en cada país donde he actuado, pero la esencia siempre es la misma. Los niños y niñas se hacen grandes, y nosotros también, pero las ganas de pasar un buen rato no cambian. La clave por mí es pasarlo tan bien durante el espectáculo como los niños y niñas que nos vienen a ver y de momento esto no ha cambiado en todo este tiempo.