"Los niños son más sinceros que los adultos"
El viaje siempre es largo. Pero a veces vale la pena recorrer el camino para llegar a un lugar mejor. La Pera Llimonera ha protagonizado un largo viaje con sus espectáculos que siempre llegan a buen puerto, los escenarios y los aplausos. Ahora nos explican otro viaje, también largo, y que está en manos de todos lograr que llegue a buen puerto: el de aquellos que tienen que dejar su país para encontrar un lugar donde poder vivir con dignidad. Y lo hacen, como siempre, con el lenguaje de los clowns.
-¿Cómo y por qué decidís hacer un espectáculo sobre las personas que vienen aquí a refugiarse?
Abrumados por las imágenes y noticias sobre "refugiados" en los medios de comunicación, en las redes sociales y muy cerca de casa, a consecuencia de los conflictos armados en todo el planeta, sentimos la necesidad de crear Baobab. Un arbre, un bolet i un esquirol para intentar hacernos eco de este drama vergonzoso. Queremos exponer esta realidad para reflexionar y cuestionar nuestro papel en estos conflictos e intentar de la manera más humilde ponernos en la piel de quienes los sufren.
-¿Creéis importante sensibilizar a los más pequeños sobre esta problemática?
En la mayor parte de estos conflictos los niños y niñas son los primeros en sufrir las consecuencias perdiendo los derechos que tienen todos los niños. En solitario o con sus familias se ven obligados a atravesar fronteras y emprender un largo viaje para huir de la violencia. Un viaje que en la mayor parte de los casos será largo, duro y lleno de dificultades, con el objetivo de empezar una nueva vida en otro país, pero en muchos casos sin perder la esperanza de poder volver algún día a casa.
-¿Tienen los pequeños más empatía para comprender determinadas circunstancias?
De entrada son más sinceros y no tienen tantos prejuicios como los adultos. Es importante que el espectador se sienta identificado con los protagonistas de la historia que ponemos en escena. Nosotros, como clowns, sencillamente fotografiamos, de una forma algo más exagerada, la realidad que nos rodea, una realidad que ellos conocen perfectamente.
-¿Por qué hacéis protagonistas de la historia a dos manteros y por qué decidís utilizar una fábula para hacer llegar al espectador sus problemas?
Desgraciadamente los manteros que vemos en nuestras ciudades se han convertido en referente de muchos hombres y mujeres que han llegado aquí buscando refugio o sencillamente una vida mejor. Día tras día, para sobrevivir., no paran de huir de un lugar a otro de la ciudad para vender bolsas, camisetas o zapatos... Y como que interpretar es jugar, ellos jugarán a hacer de seta y ardilla para hacernos vivir el "por qué" y el "cómo" de su largo viaje .
-Tenéis veinticinco años de trayectoria como compañía, ¿ha cambiado mucho la manera en que os tenéis que dirigir a los niños desde que empezasteis?
Seguimos dirigiéndonos a los niños y niñas como personas con quienes, en lugar de enseñarles algo, compartimos muchísimas emociones. Los niños y las niñas nos enseñan muchísimas cosas, sobre todo a jugar, a fijarnos en todo aquello que nos rodea y a tener los pies en el suelo en qué está pasando. Con el tiempo vas descubriendo la importancia de la proximidad entre actor y espectador del hecho teatral.
-¿Ha cambiado mucho la manera de entender los espectáculos familiares en estos veinticinco años?
Despacio, nuestra sociedad va entendiendo que el teatro para niñas y niños, el teatro infantil y familiar, es teatro, el mismo teatro que llaman "de adultos". Que los pequeños y no tan pequeños espectadores se merecen y tienen el derecho como cualquier otro espectador, a unas condiciones de respeto y calidad altísimas y sin condiciones.
-Trabajáis habitualmente con Toni Albà, ¿qué os aportáis los unos en los otros? ¿Cómo es el trabajo de creación que hacéis conjuntamente?
La historia de La Pera Llimonera va muy ligada con en Toni Albà. La mayoría de nuestros espectáculos han sido dirigidos y creados con él. Compartimos una manera común de entender el teatro y sobretodo el humor como lenguaje para explicar las historias y transmitir nuestras emociones. Trabajamos creando nuestros espectáculos de manera colectiva y consensuando las diferentes propuestas a partir de un guion muy sencillo que vamos desarrollando a partir de improvisaciones. Y sobre todo,¡nos reímos mucho!