"A las mujeres se nos interpela en cuestiones privadas como si fueran de dominio público"
¿Ser madre? Una pregunta que esconde muchas más respuestas que un sí o uno no. Respuestas hechas de matices que no siempre dejan explicar a las mujeres. Que no siempre se los dejan valorar para tomar una decisión. La decisión. La que ellas quieran y no la que la sociedad les dicte. De todo esto habla Nuria Planes Llull en su primer trabajo en solitario, Converses amb el meu úter i altres interlocutors, un espectáculo que se desarrolla en dos universos: el del teatro, en el que la actriz habla al público y lo interpela; y el suyo interior, hecho de miedos y deseos.
-Este es tu primer espectáculo, ¿cómo empezaste a trabajarlo y por qué decidiste hablar del tema de la maternidad? Y al hablar de la maternidad, evidentemente, tenías que encontrar en tu madre una interlocutora,¿ no?
El 2017 sentí el impulso de crear un espectáculo y quería encontrar un tema por el que necesitara subir a un escenario para compartir mi debate interno. Me dejé oír qué me preocupaba del mundo y el tema de la maternidad fue el que más me persiguió. Me hacía preguntas como: ¿Por qué decidimos ser madres y padres? ¿Qué nos impulsa a llevar a cabo este acto de tanta responsabilidad? ¿Lo decidimos con plena conciencia? ¿Qué grado de acondicionamiento social, político, cultural y económico hay detrás la decisión? ¿Cómo nos hacemos responsables de la decisión en el ámbito individual? ¿Y en el ámbito social? ¿Cómo tratamos a las niñas y a los niños? No son preguntas que tengan una respuesta cerrada, para cada una de nosotras será diferente. Pero creo que es necesario que nos las hagamos.
Hablar con mi madre fue imprescindible, puesto que ella es mi primer referente como madre, es de otra generación y tiene unas creencias bastante diferentes de las mías en esta cuestión. Contrastarme con ella y con otras mujeres y testigos recogidos en tesis doctorales, investigaciones, documentales, etc. ha sido la base de un trabajo escénico donde hablo en primera persona, pero dónde recojo otros casos aparte del mío.
- ¿Crees que es demasiado grande la presión que tienen que soportar las mujeres que no quieren ser madres?
Depende de donde vivas geográficamente, culturalmente y socialmente. Hay entornos menos rígidos y otros que lo son mucho. Pero es cierto que, como en cualquier otro ámbito de la vida, las mujeres somos interpeladas en aspectos privados como si fueran de dominio público: si decidimos ser madres o no, si damos de mamar o no, si nos ponemos esta o aquella ropa, si trabajamos de esto o de aquello otro... Son preguntas que generan un control social inconsciente sobre las mujeres que no se hace sobre los hombres.
-¿Crees que tenemos menos libertad para decidir que la que creemos que tenemos?, ¿que los prejuicios sociales nos acaban venciendo?
Creo que nos tenemos que replantear la idea que tenemos de libertad. Cuando hablamos de libertad, en el inconsciente colectivo aparece una imagen romántica de la libertad, una libertad en queé una puede hacer lo que se quiera sin ninguna influencia del entorno. Esta idea de libertad es una falacia porque estamos condicionadas por el entorno familiar, la cultura, la sociedad, la política, la economía... Por ejemplo, si yo hubiera nacido en la misma familia pero en otro país, yo misma sería muy diferente y mis decisiones serían otras, puesto que tendría otra manera de vivir la vida y de concebir el mundo y el ser humano.
Si nos planteamos la libertad influenciada por los condicionamientos que ya nos han atravesado y que nos hacen ser quién somos, entonces creo que la libertad depende del grado de conciencia que tengamos de estos acondicionamientos. Y si, finalmente, no somos fieles a lo que queremos, podría ser por presión de la pareja, por miedo a ser rechazada por el clan, por miedo a no encajar en una sociedad en que el valor de la familia tiene tanto de peso... Sobre este tema hay un libro maravilloso de Orna Donath que se titula Madres arrepentidas.
- ¿Cómo lo has ido construyendo? ¿Primero llegó el texto? ¿Encontraste forma y contenido a la vegada?
Antes que nada encontré el tema e hice un año y medio de trabajo de mesa (fui a exposiciones, leí libros, tesis doctorales, vi documentales, leí entrevistas, etc.) Mientras hacía este trabajo de documentación, se me iban acudiendo ideas escénicas, pequeños textos, escenas... Y llegó un momento en qué sentí que tenía que entrar a la sala de ensayo. Fui probando los materiales, dándoles cuerpo mientras iba escribiendo más textos y creaba una dramaturgia. De vez en cuando compartía los materiales con compañeras de profesión que me daban su visión de lo que iba creando y, hacia el final del proceso, entraron al proyecto Gaia Bautista y Carlota Grau que me ayudaron a hacer la puesta a punto antes del estreno en el Antic Teatre en febrero de 2019.
-Movimiento, audiovisuales, música en directo... ¿Cómo conviven todos estos elementos sobre el escenario?
En el espectáculo encontramos dos mundos: el mundo real, el que habitamos el el teatro, en el que interprelo al público; y un segundo mundo, que es el mundo de mi inconsciente con el que entramos en mis fantasías, miedos... El movimiento lo encontramos en este segundo mundo y la música en directo, en el primero. La voz en off de mi madre podríamos decir que es un tipo de tráfico entre los dos mundos, un tipo de barquero que los une.
-En el Barcelona Districte has participado con la compañía Moveo, trabajando como bailarina, ¿compatibilizas ambas facetas? ¿Con cuál te encuentras más cómoda?
En ambas piezas disfruto mucho. A pesar de ser muy diferentes, tienen algunos elementos en común, como el contacto directo con el público. Estudié teatro físico en el Instituto del Teatro y, por mí, la expresión con el cuerpo es una herramienta más para poder enriquecer la pieza artística en el ámbito expresivo. Hay cosas que se pueden decir mejor con el movimiento y otros para las cuales es mejor la palabra, otros la música, etc. Cuanto más registros tengamos como artistas, más ricas serán nuestras creaciones.