Calentito, calentito. Y con sabrosura. Así es el disco que acaban de sacar al mercado Las Karamba y que pocas horas después de ver la luz defendieron en el escenario del Centre Civic Albareda. Las Karamba, seis, todas mujeres, todas vestidas de blanco, todas con el ritmo tatuado en su cuerpo, llegadas de aquí y de allá, con historias de esto y de aquello, se han conjurado en banda que quiere convertir el son y otro ritmos latinoamericanos en una música que, como siempre ha hecho, hable de mujeres, solo que desde otro punto de vista, desde otro lugar que no sepa de machismos; que hable de las mujeres como protagonistas de unas historias que han elegido, que han escrito y que están dispuestas a defender hasta el final... a defender con ritmo, con sueño, con sabrosura.

Las Karamba anuncian quién son antes ya de subir al escenario con una voz en off que habla de mujeres libres. Y explican a qué han venido una y otra vez, porque no quieren que a nadie se le olvide: han venido a hacer bailar a todo aquel que las escuche. Y, en el Albareda, con la covid secuestrando los pies de los presentes, sin levantarse nadie de su silla, consiguieron que el público bailara. ¡Claro que sí!