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La memoria de un barrio hecha canción

20/06/2019
Los vecinos y vecinas que participan en ART i PART Gòtic ensayan el espectáculo de teatro musical comunitario 'Pati de veïnes'

Un chico se pasea vestido de marinero. De blanco con el pañuelo anudado cómo lo llevaban los italianos cuando atracaban con sus barcos en el Puerto de Barcelona. Y aunque ha llovido mucho desde aquellos días, el supuesto italiano luce lo suficiente como para despertar un coro de voces que le cantan: "Era hermoso y rubio como la cerveza, el pecho tatuado cono un corazón, en su voz amarga, había la tristeza, doliente y cansada del acordeón...". Sí: es Tatuaje, la canción que en  los años 40 popularizó Concha Piquer.

Y es que estamos de visita en uno de los ensayos de Pati de veïnes, la creación comunitaria del programa ART i PART en el barrio Gòtic, un espectáculo que los vecinos y vecinas (acompañados por la cantautora y directora Sílvia Comes, el pianista Pau Baiges y la dramaturga y novelista Begoña García Carterón) han decidido convertir en teatro musical para denunciar el proceso de gentrificació que vive el barrio a partir de un ejercicio de reivindicación de la memoria. Y quien recuerda es Esperanza, una vecina del Gòtic que, enferma de Alzheimer, solo conserva clavadas en la memoria las canciones que sonaban en sus calles y plazas década detrás década: Tatuaje, pero también Ay pena, penita, pena, Al vent, Libertad sin ira, La chica ye-ye o Hechicera gitana.

Y sobre esta urdimbre, Sílvia, Begoña, Pau y los vecinos y vecinas han ido tejiendo recuerdos sobre cómo era el Gòtic antes y cómo es ahora, recuerdos que -como le pasa a  Esperanza- tienen en las canciones su mejor detonante para hacernos viajar desde los años grises del franquismo a la explosión de la transición a la magia de las Olimpiadas, aunque, con el tiempo, los vecinos hayan sido conscientes del truco que aquella magia del 92 escondía: "Porque entonces también contrajimos una deuda", explica Sílvia Comes, cantautora y directora del espectáculo que ha trabajado a partir de la dramaturgia de Begoña García Carterón ha construido con las anécdotas y los recuerdos que los vecinos y vecinas le han explicado.

"Repasamos muchas canciones a lo largo del espectáculo y acabamos con una que yo he compuesto, una denuncia amable de lo que está pasando en el barrio", dice Comes, que quiere reivindicar "los valores de la convivencia y del respeto" y criticar "la artificialidad del todo en venta que respira el Gòtic, a pesar de que si rascas te encuentras con los vecinos que han conseguido quedarse y no marchar".

El marinero continúa paseando arriba y abajo. Unas prostitutas reclaman su atención. Pero él busca la mirada de unas muchachitas del barrio. Y suena la sirena del barco. Y él tiene que marchar. Y el tiempo pasa y pasará... Y en nuestro Pati de Veïnes las seguirán explicando...

Queréis saber más cosas del Gòtic y de este Pati de Veïnes que hoy hemos visitado? Os esperamos el 4 de julio en La Bonne (18h). Y recordad hacer vuestra reserva de entradas en info@fundaciosetba.org

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