A veces al principio está la payasada. Y otras, está la acrobacia. Pero al final payasada y acrobacia acaban haciéndose solo una. Aunque sea una que no tenga Ni cap ni peus, porque así es cómo han querido que sea su primer espectáculo los dos artistas de Circo Vermut.

- ¿Cómo nació el espectáculo y por qué decidisteis montar compañía?
Hacía tiempo que compartíamos escenario junto con otros pequeños proyectos y nos sentíamos a gusto trabajando plegados. Teníamos claro que queríamos un compañero de aventuras y gracias a la buena conexión que siempre hemos tenido, decidimos probar todas las ideas que nos surgían y las que hacía tiempos que guardábamos. Y así empieza la historia de los vermuts y el espectáculo Ni cap ni peus.

-Ni cap ni peus, sin ton ni son,  ¿así es vuestro espectáculo? ?Solo tenéis la pretensión de entretener?
Tenemos el reto de entretener haciendo pasar un buen rato, compartiendo nuestro trabajo con el público, riendo juntos, saltando, bailando y todo el que vaya acompañado de buen rollo y diversión. Dentro de este todo vale nos gusta también encontrar sentido y cosas con valores en pequeños detalles de las escenas.

-¿Cómo mezcláis el mundo de los payasos y el de las acrobacias?
Para crear seguimos dos caminos: uno, cuando ya tenemos la payasada pensada y entonces tenemos que crear y entrenar la técnica para realizar la escena. Y el otro, cuando tenemos la técnica y queremos añadir el toque payaso. Pero todo acaba mezclándose, nos sale así de dentro. La acrobacia es muy insípida y nos gusta ponerle un toque de payaso. Sobre todo a medida que llevamos rodaje al espectáculo.

-¿Cuál es vuestro modelo de payaso?
Nos gustan mucho todos los tipos de payaso: clásico, los humoristas, los que hacen más gestual y físico... Nosotros somos una mezcla entre alocado, atrevido, absurdo y un pelo punk.

- ¿Está vuestra propuesta próxima al circo tradicional o intentáis buscar nuevos caminos?
Buscamos nuevos caminos, pero también tenemos una parte de circo tradicional, está claro. Hagamos el circo que nos gusta a nosotros y no tenemos filtro en la hora de crear un espectáculo: todo se vale y todo puede entrar. Nos gusta el teatro, el humor, la música, el circo, las tonterías y emocionarnos haciendo el que basura. Este es nuestro camino.

-¿Es más difícil conseguir la atención de los niños o de los grandes? Buscáis ambas?
Esto depende mucho de si tienen hambre o no, ha ha ha, depende de muchos factores. La parte técnica de circo normalmente no tiene edad y en general capta a todo el mundo. En cambio, el humor sí que se diferencia y entonces intentamos que tenga que todos colores y para todas las edades. De momento estamos muy contentos porque conseguimos captar la atención tanto de grandes como de pequeños, que es todo un reto.