Sin palabras. Con un nudo en la garganta. Con el corazón en un puño. Cerrando fuerte los ojos para que la lágrima no se derrame... Cuando se hace el silencio en el escenario, el público se ha quedado mudo: incapaz de encontrar palabras ni para reconfortar a una madre, ni para mecer a un bebé, ni para consolar al vecino de butaca, ni para consolarse a sí mismo, porque los finales amargos son amargos aunque parezca que el sufrimiento se haya acabado, porque cuando Llibert Unplugged escribe su final uno tiene la impresión de que, en caso de no haber acabado mal, lo habría hecho todavía peor. En el Centre Cívic Can Deu, en el estreno de Llibert Unplugged en el Barcelona Districte Cultural, los espectadores se mostraron generosos con los aplausos, porque no es habitual encontrar tanta sinceridad y tanta verdad sobre un escenario, pero se quedaron sin palabras, poque pocas cosas se le pueden decir a una madre cuando desea una vida digna para su hijo aunque la dignidad del bebé le robe a ella toda la esperanza. Y esto es el que le pasa a la mujer que durante una hora les ha hablado desde el escenario, a la madre de Llibert, a Gemma Brió...

Llibert Unplugged es la propuesta en versión de lectura dramatizada de Llibert, la pieza que escribió ya hace unos años Gemma Brio y que interpreta junto a Tàtels Pérez y Mürfila bajo las órdenes de su marido, Norbert Martínez. Y si Llibert hacía daño, esta lectura dramatizada, hecha solo palabras y de emoción, es todavía más dolorosa, todavía deja más destrozado el corazon, porque fija la mirada y detiene el oído en unos sentimientos transformados en palabras aunque parezca que ninguna palabra pueda describir o lque a una madre le pasa por la cabeza cuando su hijo, nacido Llibert, nunca podrá ser libre.