El Centre Sant Pere no es un centro cívico municipal: es privado y tiene socios. Además, puede presumir de contar con más de 125 años de historia que avalan su trabajo. Pero es uno de los equipamientos que ha decidido participar en el circuito Barcelona Districte Cultural, dispuesto a que su escenario –una platea con capacidad para más de 160 espectadores– preste servicio a los vecinos de Ciutat Vella. "Nos servirá para darnos a conocer más allá de nuestros socios y para ofrecer un servicio a un barrio difícil, porque hay mucha gente recién llegada", explica Teresa Baltà, presidenta del centro.
"De momento, nos tomamos nuestra participación durante 2017 como una prueba, por eso hemos programado espectáculos de estilos y géneros diversos. Esta primavera hemos acogido dos –Faristolitis, del Quartet Brossa, y Sempre de vacances, de 2princesesbarbudes– pensados para un público infantil, pero en otoño será diferente, porque, por ejemplo, acogeremos el espectáculo Mal Martínez. Humor i hòsties o el concierto de Monique Makon, que ya están pensados para otro tipo de público", apunta Baltà, que admite que su participación en el Barcelona Districte Cultural les permitirá ampliar y diversificar su oferta escénica.
El Centre Sant Pere acoge, habitualmente, un par de conciertos al mes además de una obra de teatro, casi siempre a cargo de alguna de las formaciones vinculadas de una manera u otra con el centro. Pero este equipamiento de la calle Sant Pere Més Alt es también sede de muchos colectivos vecinales que tienen como objetivo la defensa de la cultura catalana: sardanas, corales o esbarts.