“Volem riure'ns de la mort i faltar-li el respecte”
No eran compañía. Marta Genís y Òscar Galindo eran amigos y compañeros de promoción. Pero querían trabajar juntos. Y querían hablar de la muerte. Así que se pusieron manos a la obra: crearon una compañía y buscaron a alguien que les escribiera un texto, Adrià Olay. Y así, a partir de muchas improvisaciones y después de haberse documentado mucho, es cómo nació la historia del Mal morir, la historia de una muerte con fecha anunciada, una comedia negra que reflexiona sobre cómo afecta esta noticia tanto al interesado como a quien lo rodea.
- ¿Cómo comenzasteis el proyecto? ¿De quién partió la idea?
MARTA: Òscar Garrido y yo nos conocimos estudiando arte dramático y teníamos muchas ganas de trabajar juntos, sobre todo con un proyecto que nos motivara y que quisiéramos dar a conocer. Teníamos la necesidad como creadores de poner sobre el escenario un hecho tan cotidiano y escondido cómo es la muerte. Hemos aprendido muchísimo gracias a toda la investigación hecha sobre todo a través de libros, documentales, entrevistas personales, y también gracias a personas que trabajan directamente con el tema.
La idea de la temática surgió de Òscar y yo me añadí encantada, entonces creamos la compañía Fil Vermell. Acertamos contactando con Adrià Olay como director, porque enseguida se sumó al proyecto y nos hizo una dramaturgia a través de nuestras improvisaciones. Le estamos muy agradecidos y también al resto de la compañía, que se ha implicado muchísimo: Mamen Gallego, Ramón Garrido, Eneida Ache y Adrià Castilla.
- ¿Por qué hablar de la muerte?¿ Y por qué desde el lugar donde lo hacéis?
MARTA: La muerte es un tema tabú, del que en nuestra sociedad no se habla, así que pensamos que ya era hora de hablar desde el teatro para poder concienciar a la gente de que sí o sí nos moriremos, porque todos tenemos fecha de caducidad, así que ya va siendo hora de que seamos libres de elegir cómo quremos que sea nuestra muerte.
Lo hacemos desde la comedia negra para hacerlo más fácil para todos, porque sabemos que es un tema difícil, Y -¿por qué no!?- queremos reírnos de la muerte y faltarle el respeto, tutearla y convivir con ella.
-¿Hay un mal morir y un buen morir?
Ojalá haya un buen morir para todos. Puesto que marchamos, que sea de la manera que uno desee. Tal como te vayas, así se acordarán de ti.
- Hacéis uso de la ternura y el humor para habla de la muerte, ¿es esta la voluntad del texto?
ADRIÀ: La muerte, al menos en la sociedad en que vivimos, es un tabú y por tanto no nos atrevemos a mirarla. El humor es una fantástica manera de acercarnos a todo aquello que nos da miedo. Por lo tanto, sí, es nuestra voluntad. A la vez, siempre hemos querido tratar a los personajes y su situación con el máximo respeto y empatía y la ternura es la puerta a la empatía. De este modo nos podemos acercar a la humanidad de los personajes y reconocernos en sus alegrías y en sus miedos.
-¿Se tiene que ser un superhéroe para sobreponerse a la noticia que tienes que morir?
ADRIÀ: Antes que nada hay que decir que la noticia ya nos la han dado a todos. De la muerte nadie se escapa. En el supuesto que planteamos en nuestro montaje, el de una muerte anunciada o de final de vida, se tiene que ser valiente, por supuesto. Pero creo que nadie se sobrepone a esta noticia. Ni el mismo enfermo ni su entorno. Lo que se puede llegar a hacer es aceptar la situación. Esto no quiere decir que no sea doloroso, esto quiere decir que puedes prepararte para tener una mejor muerte. Aun así en El Mal Morir sí que jugamos con la idea de los superhéroes. Por un lado, el protagonista es un gran forofo a los cómics de superhéroes y, por la otra, jugamos con la estructura clásica de los cómics para explicar nuestra historia. Creo que se crea una mezcla interesante.
- ¿Cómo planteasteis la puesta en escena?
ADRIÀ: Desde un primer momento teníamos claro que queríamos hacer una historia centrada en los personajes y en la interpretación de los actores. Nos llamaba mucho la atención tener al público cerca. Siempre que el espacio nos lo permite jugamos a dos bandas. Es la disposición que más nos gusta y tenemos comprobado que es cuando el público disfruta más.
- ¿Pide mucho el texto de los actores? ¿Está planteada la puesta en escena como un crescendo?
MARTA: Muchísimo, es un trabajo intenso y muy verdadero a la vez. Es un viaje en la vida cotidiana de alguien que espera la muerte, o que sabe que le llegará antes que a los otros. A pesar de que el final de la obra ya te lo esperas, es cómo cuando ves Titanic ysabes que sí o sí el barco se hundirá, el final, el crescendo tiene un final agridulce e inesperado,
- ¿Os planteáis seguir trabajando como compañía?
MARTA: Hoy por hoy no, pero la puerta sigue abierta siempre. Individualmente trabajamos con otros proyectos