Cuando Barcelona era gris, él se vestía de colores y se paseaba por la Rambla: arriba y abajo, abajo y arriba, con un abanico que se abría y se cerraba al compás de su taconeo y de una falda que subía y bajaba para dejar ver a quién quisiera mirar que no escondía nada. Ni bajo las faldas ni al armario. Ocaña era Ocaña. Y tenía la fuerza que solo tienen aquellos que se atreven a ser quién son, sin esconderse de nada ni de nadie, anunciándolo a los cuatro vientos y cantándolo con una voz desafinada que se dejaba el alma en cada copla y el corazón en cada cuadro.

Ocaña, Reina de las Ramblas, fue una figura icónica de la Barcelona de la Transición, de una Barcelona de los canallas que ahora parece incluso imposible imaginar por aquellos quienes no la vivieron, de una época que tratan de recuperar espectáculos como el que ha escrito y dirigido Marc Rosich (quien ya se enfrentó a la figura de Ocaña en Copi i Ocaña al purgatori) y que interpreta Joan Vázquez. Este es un montaje que trata de homenajear la figura de este defensor de las libertades (de las del colectivo LGTBI, que todavía nadie había bautizado así, pero no solo de él) y de recordar algunos momentos de su vida a través de imágenes que le evocan, anécdotas que lo resucitan y músicas que nos lo devuelven tan presente como cuando paseaba Rambla arriba y abajo con su abanico, sus talones y sus faldas que todo lo dejaban al descubierto.

JOSÉ PÉREZ OCAÑA (1947-1983)

José Pérez Ocaña, para casi todo el mundo Ocaña a palo seco, para muchos, Reina de las Ramblas, porque lo fue, nació en Cantillana (Sevilla) el 1947 y no fue hasta 1971, con 24 años, cuando llegó a una Barcelona que todavía vivía los tiempos grises del franquismo. Ocaña, pintor de paredes y de cuadros que llenaba de unas vírgenes naifs a quienes parecía imposible no pedir los deseos más alocados; Ocaña, actor y cantante desafinado de coplas en que se dejaba el alma y la voz que ni tenía ni quería tener; Ocaña, anarquista y activista, homosexual que nunca entró al armario, performer e histriónico, personaje y persona... queer antes de que nadie se inventara la palabra (ni falta que hacía) fue uno de los personajes más icónicos de la Barcelona de los canallas que quería poner color en la muerte de Franco y gritar bien fuerte que otra ciudad de colores era posible.

Ocaña, barcelonés de adopción, nunca renunció a Cantillana: y allí nació y murió. Corría el año 1983, eran las fiestas de Carnaval y Ocaña quiso deslumbrar a sus vecinos. Se hizo un disfraz de sol y las bengalas que él mismo se había cosido al traje prendieron fuego en la ropa y lo llevaron en el hospital con unas heridas que le mataron. Pero su figura no murió y él siguió brillando en espectáculos como Ocaña, Reina de las Ramblas o documentales como el que Ventura Pons firmó el 1978, con él todavía vive, Ocaña, retrato intermitente.

LA CRÍTICA HA ESCRITO

“Joan Vázquez està com un peix a l’aigua. Viu i es desviu pel personatge, en una mimesi absoluta. Es vesteix i es transvesteix amb elegància, i narra i interpreta les vicissituds de l’artista amb una gràcia i desimboltura que sedueix, hipnotitza i enamora. I, a sobre, canta i es mou de meravella.” ORIOL OSAN NUVOL.COM

“Vázquez es llueix tant a nivell vocal com a nivell d’expressivitat física cada cop que ha d’abordar una d’aquestes tan emblemàtiques cobles... I es fica sota la pell d’Ocaña transmetent-nos amb apassionada fidelitat la seva fam de viure, les seves ganes de convertir cada gest en una festa i en un acte de reafirmació personal.” RAMON OLIVER RECOMANA.CAT

FICHA ARTÍSTICA

Dirección de escena y dramaturgia: Marc Rosich. Dirección musical, arreglos musicales composición y guitarra: Marc Sambola. Actor cantante: Joan Vázquez. Producción: Òpera de Butxaca i Nova Creació. Distribución: Magrana Escena. Regidor: Omar Bañón.