Un cuerpo encarcelado en un terrario —paisaje patético y agotado— que a través de la danza acoge figuras e imágenes que lo impulsan a un futuro todavía sin nombres ni formas. Con una danza vacilante, Crisálida es una propuesta que pretende desdibujar el contorno del ser humano, trabajando elásticamente entre imágenes reconocibles y cuerpos por descubrir, para acoger no solo lo que se conoce, nuestro agotado presente, sino aquello que es irreconocible y que todavía está por llegar.

Paul Celan insistía en la naturaleza dialógica del poema (y, por extensión, de las artes en general), afirmando que el poema siempre está viniendo, siempre va de camino hacia algo, hacia algo abierto, ocupable, quizás hacia un “tú” asequible. La cuestión que nos ronda desde el inicio es: ¿qué sucede cuando este “tú” no es asequible sino que más bien se ha secado, se ha olvidado de su capacidad esencial de escucha y acogida?

La crítica ha escrito:

“La pieza actúa a varios niveles, de forma que es compatible con cualquier mirada que esté dispuesta a dejarse llevar por un acto de apelación colectiva. Como trasfondo, está la cuestión de la libertad individual y el disfrute de bailar. La coreógrafa aborda este tema desde una intervención llena de fisicalidad, con radicalidad, sin concesiones y dispuesta a generar incomodidad. La intensidad de su gesto, la determinación del movimiento con el que relata la singular experiencia de una mujer atrapada en un eterno retorno nietzscheano (una hembra de leopardo solitaria y cinética) y la resolución final del espectáculo, con la asertividad y complicidad del público, la convierten en una de las intervenciones performativas más destacables de la ciudad en los últimos meses.”

(JORDI SORA, EL TEMPS DE LES ARTS)

https://tempsarts.cat/arts-esceniques/dansa/el-cos-polititzat