A PARTIR DE LOS 6 AÑOS

Las sábanas no los secuestran cada mañana... porque no tienen sábanas.

La cama no es territorio de sueños, porque a ellos no se los regalan... ellos los tienen que conquistar.

Y la escuela no es nunca un castigo sino una bendición, un lugar que puede ayudarles a convertir sus ilusiones en oportunidades, sus esperanzas en futuro, sus carencias en una realidad próspera.

Así que cada mañana, cuando emprenden el camino hacia la escuela, se enfrentan a una aventura que entienden llena de esperanza a pesar de la dureza de tener que andar dos, cinco, diez kilómetros, de tener que atravesar desiertos, ríos, montañas y valles, de tenerse que enfrentar con animales salvajes, de tener que avanzar en una silla de ruedas que los hermanos pequeños, que también van a la escuela, tienen que empujar.

Camí a l'escola es una historia de aventuras y de esperanzas, las de unos niños que ven el conocimiento como la única manera de prosperar en un mundo duro, adverso, un mundo que no les pondrá nada a su alcance, que les obligará a luchar y a esforzarse para conseguir una pequeña migaja de esperanza.

Esta es la historia que explicaba el documental Camí a l'escola, de Pascal Plisson (premio César al mejor documental en 2014) inspirándose en las vivencias de Jackson (11 años, Kénia), Carlitos (11 años, Argentina), Zahira (12 años, Marruecos) y Samuel (13 años, India). Y esta es la historia que golpeó a los miembros de la compañía Campi qui Pugui, que decidieron convertirla en una obra de teatro resumiendo todas las historias en una: la de tres hermanas, una de ellas en silla de ruedas, que tienen que llegar a su destino, la escuela, atravesando infinidad de aventuras siempre con la sonrisa en la boca y el cuerpo rebosante de ganas para llegar.

Campi qui Pugui, una compañía fundada en Castellserà (el Urgell) en 2007 y responsable de títulos como Rats y Manneken’s Piss (con el que ganaron un premio Max), para hacer realidad la obra de teatro que habían soñado se rodearon de un gran equipo: Rosa Díaz (líder de La Rous, que fue Premio Nacional de las Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud en 2011) a la dirección; Pascal Gaigne como responsable de la banda sonora; y Rosa Solé y Joan Pena como responsables de vestuario y escenografía.

LA CRÍTICA HA ESCRITO

“És una obra feta amb molta estima, que traspua al públic. És pedagògica i positiva. Comprova com els nens són líquids i superen les dificultats per a un repte que entenen imprescindible. Els agrada aprendre. De la mateixa manera que als intèrprets els agrada actuar (es nota que gaudeixen pels porus). I als espectadors se’ns fa la boca aigua tanta bellesa i harmonia.” JORDI BORDES, RECOMANA.CAT