Apología de la supervivencia
Hace dos sábados, a doscientos metros del recital de Ajuar en el Heliogàbal, hubo paella en la plaza de John Lennon. El acto formaba parte de una jornada que también incluía una performance, un recital poético y talleres de costura, serigrafía y construcción de instrumentos musicales con material reciclado. Entre el público había parejas con niños que apenas gateaban y abuelas encantadas de la vida. La paella, estupenda. Con su coliflor y sus judías aportadas por la Xarxa d’Aliments, estaba para repetir, pero el éxito fue tal que pronto se acabó.
Organizaba este sarao festivo con voluntad de acercar el movimiento okupa al vecindario, la gente del Banc Expropiat de Gràcia, que desde el pasado septiembre ocupa el antiguo CAP de la calle de Quevedo. En este local, cerrado y abandonado desde 2014, se impulsan todo tipo de iniciativas para mejorar la vida en el barrio y fortalecer los lazos de solidaridad entre vecinos. Un día proyectan un documental sobre ecología y otro día montan sesiones de taichí. Y ya que ocuparon uno de los ambulatorios que se llevaron por delante los recortes, también se organizan talleres para combatir la exclusión sanitaria.
Apoyo mutuo es salud
Esta nueva ubicación del Banc Expropiat vive amenazada de desalojo desde enero y varias de las personas que defendieron la antigua sede de Travessera de Gràcia están pendientes de juicio. Por todo ello, se organizó el sábado una velada de conciertos en un local hermano del distrito. La recaudación, como la de la paella de días atrás, iría la caja de resistencia. “Nosaltres també som el Banc Expropiat. Suport mutu és salut”, anuncian varios carteles colgados por el local y también en el escenario. Allí, el primer grupo en tomar el micrófono en apoyo a la causa es el colectivo de rap feminista La Clika Pika.
“Un día cualquiera conocimos el rap”, explican en una de sus canciones. Desde entonces, y de forma autodidacta, La Clika Pika ha forjado, a su ritmo y con sus rimas, una manera de ejercer el hip-hop que sustituye exhibicionismo por empoderamiento. “Valemos más de lo que creemos”, afirman. Y lo cantan juntas y alineadas, sin buscar un protagonismo individual; en manada. “No somos buenas restando, así que mejor sumemos”, proponen. Las dos primeras filas están tomadas por mujeres que tararean unas canciones recién grabadas.
La “amante” de Puigdemont
Espacios ocupados como este llevan décadas señalando y combatiendo por el derecho a la vivienda, una problemática que ya ha estallado en las narices de un dramáticamente amplio porcentaje de la población. Pero hoy es día de fiesta y el trío Formigues Queer viene a por todas. Una de sus integrantes, Anastasia, dice ser la amante legítima de Puigdemont y entona la melodramática balada de Abba ‘The winner takes it all’ con letra en catalán y el siguiente estribillo: “Jo tinc el cor trencat / Pel noi del PDeCat / Ell m’ha deixat aquí / Potser és millor morir”. El público ríe, canta y ondea los brazos. Alguien prende un mechero.
La última hora política marca también su versión de ‘La gavina’ de Marina Rossell, dedicada a la secretaria general de ERC Marta Rovira. El guión de tan descacharrante combo también incluye un chachachá, una versión del ‘Bang-bang’ de Nancy Sinatra y otra del ‘Que país é este?’ del grupo brasileño de post-punk Legiâo Urbana hoy dedicada a la recientemente asesinada activista y concejal Marielle Franco. Formigues Queer son diversión y denuncia.
“Sin justicia no habrá paz”, advierte una pancarta al fondo del escenario. Bajo ese techo negro, sus pelucas y atuendos aún brillan más. Y se han guardado el número estrella para el final: ‘Survivor’, de Destiny’s Child. El trío se lanza a un karaoke coreografiado que el público secunda como si estuviese en una fiesta de fin de año y no en un acto reivindicativo de apoyo al Banc Expropiat. O sí. La letra de Beyoncé y sus primas encaja perfectamente en el espíritu de la jornada: “Soy una superviviente / No voy a rendirme / No voy a parar / Voy a trabajar más duro / Soy una superviviente / Voy a conseguirlo / Yo sobreviviré / Seguid sobreviviendo”.
Pintalabios poderosos
Antes de despedirse, envalentonado por una recepción que difícilmente olvidarán ya que se trataba de su primer concierto, el trío lanzará una eufórica advertencia: “Nuestras pelucas, nuestros tacones y nuestros pintalabios son armas poderosas”. Una ráfaga de disparos anuncia la llegada del grupo de rap Etiqueta Negra. Y aún falta el directo de Suite Tarántula y la sesión de Veneno.
“Encuentro inspiración en el grafiti de algún muro”, han asegurado las raperas de La Clika Pika en una de sus letras. Calle abajo, una frase de la escritora Silvia Federici decora una pared blanca: “El cuerpo de las mujeres es la última frontera del capitalismo”.
(Publicat el 25 de març de 2018)