32 gardenias para ti
El día a día en los geriátricos se ha visto dramáticamente alterado. No solo son focos de especial gravedad sino que las personas ingresadas no reciben visitas desde hace cinco semanas. Muchas actividades también se han cancelado. Una de las más añoradas en la residencia Zoilo Feliu de La Bisbal D’Empordà es la sesión de Eloi Castillo. Un día al mes montaba una mezcla de taller de memoria y verbena bailable que revolucionaba el gallinero. En marzo ya no se celebró y nadie sabe cuándo volverá Eloi con su teclado. ¿En julio? ¿En octubre?
Carme Solà, directora del centro, explica que la música siempre ha estado presente en esta residencia municipal. Los colegios de La Bisbal van a cantar villancicos en Navidad. También les visitan corales y escuelas de música. Miquel Abras grabó allí un videoclip; seis años después, cuesta verlo sin que se te encoja el corazón. Y siempre que actúa en el pueblo, la cobla Principal de La Bisbal reserva una primera fila gratis a los internos del geriátrico. Pudiera parecer un mal menor, pero en esta residencia entendieron muy pronto que tantos meses sin música podrían afectar la salud de sus pacientes. Fue Dolors, la cocinera, quien tuvo la idea: ¿y si pedía a su yerno que le enviase un vídeo tocando alguna canción desde su casa? A falta de baile mensual, podría ser un buen parche. Lo proyectarían en la pantalla de la sala y, bueno, algo ayudaría.
Sanjosex al aparato
El yerno de Dolors no es otro que Sanjosex. El cantautor, viendo que esto de ir grabando canciones de apoyo empezaba a perder el sentido, se puso en la piel de los destinatarios, gente de avanzada edad, y comprendió que lo que necesitaba esta audiencia era música de su época. Se sentó en la cocina y mirando a la cámara de su móvil grabó una versión de la centenaria ‘Rosó’. A pelo. Austera y conmovedora. Escúchenla e imaginen el impacto que puede tener en personas de la tercera edad que no abrazan a sus familiares desde hace un mes.
Ya puesto, Sanjosex imaginó una suerte de banco de canciones antiguas en el que cualquiera pudiese donar versiones. “No quería mandar una canción sino una herramienta”, resume. El ayuntamiento de La Bisbal podría centralizar la iniciativa. Y ahí entra en juego Adrià Cortadellas, cantante del trío de rock garajero Fetus, que estos días ha dejado de berrear aquello de “el futur no els importa, és qüestió de prioritats” para centrarse en editar y subir a internet las grabaciones que le llegan de todos los rincones de la provincia de Girona.
El proyecto ‘Cançons per la gent gran’ echó a andar con los ‘tres tenores’ de La Bisbal: Mazoni con ‘Dos gardenias’, Miquel Abras con ‘País petit’ y Sanjosex. Rápido se sumó La Principal de la Bisbal con ‘La santa espina’. Y cada día llegan, como mensajes dentro de botellas, vídeos que Cortadellas sube a la web. Ahí está Salvador Escribà, de La Salseta del Poble Sec, invitando a la audiencia del geriátrico a cantar ‘Cielito lindo’. Y Germà Negre proponiéndoles el ‘Ball del fanalet’. Y Olga Perxés dedicándoles ‘Paraules d’amor’ al piano. Y Carmen López regalándoles dos arrebatados pasodobles abanico en mano. El sábado ya sumaban 32 vídeos de músicos profesionales, corales y familiares.
Cada tarde, las ancianas más animosas se citan en la sala para visionar sus favoritos y las últimas novedades. Al estar en internet, las personas con movilidad reducida pueden verlas en su habitación con el móvil. Estas canciones ya son una herramienta más para mejorar su calidad de vida. En cualquier residencia podrían usarlas. Cualquier persona, desde su casa, podría hacerlo.
Hace años que la residencia Zoilo Feliu realiza sesiones individualizadas de musicoterapia a las personas con deterioramiento cognitivo importante. Escuchando con auriculares canciones importantes en su vida, reconectan con su pasado cuando, a menudo, ya ni reconocen a sus familiares. En la entrada del geriátrico hay un cartel: “Aunque los recuerdos se borren, la persona conserva sentimientos y emociones. Hasta la última sonrisa, continúa siendo persona”. En plena pandemia, el lema cobra aún mayor vigencia. “A una anciana que ya no puede comunicarse verbalmente, se le iluminó la cara cuando oyó ‘La santa espina’ y empezó a tararearla”, explica entusiasmada la directora del centro.
Entre tantas iniciativas online de músicos que estos días quieren entretener a sus fans para que no les olviden, este proyecto emite un brillo especial. Se intuyen otras intenciones y efectos. De entrada, se dirige a un público muy concreto; el que peor está viviendo la pandemia. Además, ha brotado con naturalidad y arraigado a un territorio. ‘Cançons per la gent gran’ está en las antípodas del marketing pandémico. Nace en un municipio con larga tradición musical donde este tipo de vínculos comunitarios siempre existió. “Nunca nos han fallado nuestros músicos”, resalta la directora del centro con orgullo bisbalenc.