El machismo mata mucho más que ETA
El colectivo sevillano Territorio de Nabos se ha propuesto visibilizar la brecha de género en los festivales de música. Y denunciar, por supuesto, la ausencia de mujeres en los escenarios. El asunto está tan descompensado en favor de los hombres que los festivales que alcanzan un 20% de presencia femenina casi pueden ser considerados ejemplares milagrosos. Pero, ¿qué pasaría si la misma lupa se aplicase a la agenda musical de una ciudad cualquiera?
Este fin de semana, entre las actuaciones más destacadas en Barcelona, ha habido las de 091, Maluma, Chico y Nacho, Fernando Cabrera, Marah, Obeses, Arcángel con Fahmi Alqhai, The Original Blues Brothers Band, Nueva Vulcano, Slim Cesna’s Auto Club… La cancelación del concierto de Laura Pausini ha dejado a Clara Viñals, del grupo Renaldo & Clara, como única protagonista femenina sobre los escenarios por el concierto que compartió con el cantautor Xavier Baró. Cuesta dar una explicación racional a esta situación.
El sábado, en el marco de las fiestas populares de la Esquerra del Eixample, ocurrió justo lo contrario. Se celebraba la Nit Transfeminista y las mujeres fueron prácticamente las únicas protagonistas. Actuaron el cantautor trans Bizarre, el trío de trap feminista Las Vvitch y la rapera argentina Sara Hebe, que se está ganando a pulso el título de reina de las fiestas populares de los barrios de Barcelona tras haber actuado ya en las del Poble Sec y en las de Gràcia.
Vaginas y manteros
Dos preadolescentes del barrio han llegado con sus patinetes hasta el cruce de Viladomat con Consell de Cent donde se celebran los conciertos. Sus ojos se iluminan al ver el cartel del Figafest. Es una mujer desnuda, abierta de piernas y mostrando su vagina. Solo es un dibujo, pero los adolescentes lo fotografían con sus móviles. Junto al muro que rodea el Espai Germanetes, ese solar que el barrio ha convertido en espacio comunitario multiusos al aire libre, el Sindicat de Manters empieza a servir la cena. Sopa de garbanzos y melón: cuatro euros. Sí, la Nit Transfeminista se solidariza plenamente con la lucha de los manteros.
Las Vvitch apenas han dado media docena de conciertos y se nota, pero tienen un interesante camino por recorrer. “Venimos a reventar el sistema patriarcal”, anuncian en ‘Hermana’, conscientes del peligro de que el emergente trap entome las peores inercias machistas del hip-hop. Lo de Sara Hebe será mucho más consistente. Solo este mes ya actuado en Zaragoza y Sant Cugat y la esperan en Ginebra, Galicia, Bilbao, Copenhague, Sevilla, Málaga y Berlín.
Entre el público, una fornida punk prismasexual con cresta roja observa la actuación junto a su amigo con rastas, chaqueta tejana y sujetadores negros. Ella también lleva chaqueta tejana con un parche que cubre toda la espalda y en el que se lee: Resistencia Marika. Spoiler: esta fornida punk prismasexual resultará ser la discjockey Marikarmen Free, encargada de cerrar la velada con una transformista y petarda sesión a base de himnos de Pimpinela, Mónica Naranjo, Dinarama y Camilo Sesto. Su grito de guerra: petardeo o barbarie.
Dominando la calle
Un concierto feminista no es un entorno excluyente para los hombres, pero las dinámicas que se generan son muy distintas. Por ejemplo, no veremos la típica escena del sabio melómano ilustrando a la mujer con sus vastos conocimientos sobre el grupo que actúa. Si acaso, ocurre al revés. Esta noche las mujeres han tomado las primeras filas y rapean con fuerza. Muchas rimarán de memoria los versos de Sara Hebe. Por ejemplo, esa que ha venido a la fiesta con un amigo que no conocía a la rapera. Hoy las mujeres dominan el escenario y la calle.
En un lateral de la tarima, una mujer latinoamericana aún con el uniforme del trabajo sonríe sin parar. En el otro, los técnicos de sonido encajan todas las quejas de Sara Hebe, que desearía sonar con más volumen aun sabiendo que no es posible. Finalmente, asume la situación y recuerda: “Lo que importa hoy no es el volumen. Importa la lucha en favor de los manteros”. Ovación. Sara cede el micro a otra mujer que anuncia que aún quedan platos de garbanzos. En su camiseta luce el lema: “Perseguid a los banqueros y no a los manteros”.
Bailes y balas
Dos actuaciones sorpresa potenciarán aún más el carácter transformador de la velada. Las Vvitch presentan a The Booty Ambassadors, tres bailarinas de twerk cuyas coreografías son jaleadas por su habilidad y poderío. Aquí Las Embajadoras del Trasero no son vistas como objetos del deseo masculino. Poco después, Hebe dará la alternativa a las raperas madrileñas IRA. Solo cantarán ‘Soy’, pero es tan intimidante como en su día lo fue el ‘Fight the power’ de Public Enemy. De esta letra salen versos como “el machismo mata mucho más que ETA”, “soy la zorra que devora cada parte del pastel que considero injustamente repartido” y “soy una bala más en la boca del patriarcado”.
Sara sigue despachando ritmos y rimas, señalando injusticias, rimando verdades, sonriendo a conocidas de entre el público, arrimándose a la primera fila y lamentando la falta de volumen. Y sigue sumándose público al concierto. Matrimonios jubilados del Eixample, familias de vuelta a casa, la hija china de los camareros del bar, jóvenes latinos… Cuando llega la hora de finalizar el concierto, el público se arranca a cantar ‘Asado de fa’, así que la rapera no tiene otro remedio que disparar la pista de su popular cumbia-rap y cantar con ellas.
El acompañante de aquella joven que sabe todas las letras de Sara Hebe está ya rendido ante la descarga de la argentina, así que cuando esta promete volver tarde o temprano a Barcelona con su banda para demostrar que puede sonar más potente que Rihanna, pregunta a su amiga: “¿Qué es Rihanna?”.
(Publicat el 9 d’octubre de 2016)