La guajira de Sant Gervasi
Hace una tarde espléndida, el sol ya va de baja y en un sombreado jardín junto a la calle de Muntaner suena un bolero de la cantante peruana Susana Baca. Lo interpreta un combo de estudiantes de la Esmuc supervisado por el profesor Dani Forcada. Frente a ellos, un público cuya media de edad supera fácilmente los 60 años. No queda ni una sola silla libre. Todos los bancos también están ocupados. Estamos en el centro cívico Vil.la Florida de Sant Gervasi y el combo salta del bolero a la salsa, de la salsa a la guajira, de la guajira a la conga cubana y de la conga cubana al landó peruano.
No todos los conciertos que se programan en Barcelona se celebran en salas. No todos se programan por la noche. Y no todos están pensados para un público de entre 20 y 40 años. En esta ciudad existe una extensa y activa red de centros cívicos que tiene en la música un instrumento valioso para incidir culturalmente en los barrios. Esta primavera, por ejemplo, se ha celebrado la ya tercera edición del ciclo ‘Viatge sonor per la història de la música’, una serie de conciertos temáticos (de bandas sonoras, flamenco, ópera…) interpretados por alumnos de la Esmuc en equipamientos municipales de la Barceloneta, el Eixample, Nou Barris y Sant Gervasi.
Hace una tarde espléndida, sí, y los ritmos latinos se expanden más allá de los confines del jardín atrayendo a muchos curiosos al centro cívico Vil.la Florida. Ahí está ese ejecutivo con zapatos radiantemente negros y gafas de sol cuando ya no hace sol. Allá llegan dos runners fosforescentes. Al fondo, un mochilero con barba se fuma un canuto. En primera fila, una madre y su niña con lazo azul celeste en el pelo. “Mañana por la mañana llena tu casa de flores / Que seguro te visita la virgen de los dolores”, canta la banda. El público aplaude cuando toca y repite el coro cuando se le pide, pero no baila. “A Sarrià van ballar més, oi?”, suelta el bonguero. Pero ni por esas. Algo falla. El público se comporta como si estuviera en la ópera.
¿Queréis sardana o salsa?
Dos mujeres de rasgos latinoamericanos acaban de llegar y se atreven a bailar con timidez en un rincón. “Que va, nosotras no vivimos por aquí”, aclaran. Está sonando una bomba del puertorriqueño Pete Rodríguez. Y luego, esa de la cubana Albita que dice: “Oye bien lo que está pasando / Mi pueblo ya está de fiesta / Y estamos celebrando”. Pero no hay manera. “Què voleu, sardana o salsa?”, bromea la cantante. Los abuelos de Sant Gervasi piden salsa, pero no se levantarán. Según explica la coordinadora del ciclo, en la Barceloneta pasó justo al revés: el público no paró de bailar.
Los otros conciertos temáticos del ciclo ‘Viatge sonor per la història de la música’ han incluido una vertiente más pedagógica; además de las interpretaciones, se describían los distintos palos flamencos o se aportaban datos de las películas de las que procedían las bandas sonoras. Pero, siendo la música afrolatina tan eminentemente bailable, en este caso se ha pasado directamente a la práctica. El combo suena seguro y relajado, como en un ensayo con público. El profesor Forcada, antiguo músico de La Salseta del Poble Sec, Jarabe de Palo y Lluís Llach, puede mantenerse en segundo plano con el trombón mientras la baterista Xerach Peñate toma las riendas.
Entre bromas y refrescantes virajes por la geografía musical latinoamericana, la hora de concierto pasa volando. “Que tingueu un molt bon estiu”, se despiden. Y pese a la inquebrantable rigidez del respetable, cuando calla la música, parte del público se acerca a una mesa y anota su correo electrónico en la lista para recibir información de futuras actividades.
Tres señoras de cierta edad se interesan por próximas actuaciones del ciclo, pero estamos a las puertas del verano y el ciclo ya toca a su fin. Aun así, la organizadora les propone acercarse al centro cívico de la Barceloneta y, de paso, hacer turismo por otros barrios de la ciudad. Una señora suelta: “Uf, con lo mal que van aquí los autobuses, no sé si llegaremos”. Otra, más marchosa y poseída por la salsa, le replica: “¡Da igual, haremos autoestop!”.
(Publicat el 5 de juny de 2016)