El nuevo proyecto del Casal de Barrio Espai Antoni Miró Peris (casal EAMP), el Trastero Comunitario, es el resultado de una idea que hacía tiempo que estaba sobre la mesa, pero que con la COVID-19 se ha acabado materializando para dar salida a recursos que ya no se pueden utilizar dentro del casal.
Este servicio pone a disposición del vecindario y de las entidades del barrio una serie de recursos como herramientas, juegos y libros en modalidad de préstamo e intercambio, con una clara vertiente de acción comunitaria. Los vecinos y las vecinas ganan un espacio que genera interacciones y, al mismo tiempo, contribuye a desarrollar un modelo de consumo responsable, en el que la reducción y la reutilización de objetos son centrales.
A necesidades del barrio, respuestas comunitarias
El origen del Trastero, como explica Laia Serra, dinamizadora del casal EAMP, es otro proyecto comunitario de este centro que consistía en un espacio familiar habilitado para jugar a juegos de mesa, juego simbólico e incluso tomar en préstamo patinetes, pelotas y otros objetos para llevarlos a la plaza más cercana. Todo un éxito de participación vecinal que se vio truncado por la pandemia.
Pero, como ha pasado en la mayoría de los casales, la necesidad de adaptación a la situación ha agudizado el ingenio y en el EAMP pensaron en dejar en préstamo los juegos que ya no se podían utilizar en comunidad. Juegos y juguetes que pueden ser un muy buen plan para las tardes familiares en casa en los tiempos que corren. Y como todo es empezar, al préstamo de juegos se añadió la habilitación de un espacio virtual para intercambiar objetos y un tercero para compartir recursos entre las entidades…, y así nació el Trastero Comunitario, inaugurado justo hace unos días.
Un casal pequeño con grandes proyectos
El Trastero Comunitario se añade a otros proyectos comunitarios impulsados desde el casal, uno de los más pequeños de la ciudad, pero con un perfil claramente de servicio y de dinamización de la vecindad y de trabajo en valores de sostenibilidad.
La Nevera Solidaria es uno de los más bonitos y consolidados, y consiste en la colocación de una nevera en el espacio exterior del casal, donde todo el mundo puede dejar comida o tomarla. Un proyecto contra el despilfarro alimentario que se hace en muchas otras ciudades y que se inauguró hace cerca de dos años. Como dice Laia Serra, “es un proyecto que vuela solo, sabemos que se llena y se vacía más por lo que nos dice la gente que por lo que nosotras mismas vemos. Y es que funciona las 24 horas del día”.
Otro proyecto que se mueve desde el casal es la Red de Acción Comunitaria (XAC), que da servicio a las vecinas y los vecinos con información sobre recursos del barrio o de ciudad y dinamiza el voluntariado cuando surgen situaciones que lo requieren. Es el caso de la Red de Apoyo Clot-Camp de l’Arpa, que moviliza a personas para dar respuesta a los problemas actuales con respecto al vecindario más vulnerable.
Confianza y buena vecindad, claves de la acción comunitaria
“Mucha gente nos pregunta si no nos da miedo que se lleven la nevera entera o que no se haga un buen uso de los recursos ofrecidos a través de estos proyectos, y la verdad es que de momento nuestra experiencia es que se cuida mucho todo lo que se utiliza en comunidad. La nevera, por ejemplo, sigue allí desde hace dos años —afirma Laia— y estamos convencidas de que los recursos del Trastero Comunitario también se cuidarán”.
Así pues, damos la bienvenida a este proyecto comunitario que une servicio al vecindario y reutilización de objetos, y da, así, impulso al consumo responsable en los barrios.