La Jornada de Cultura Comunitaria, celebrada el pasado 4 de noviembre, fue un exitoso espacio de debate y puesta en común de experiencias entorno al hecho cultural desde la perspectiva comunitaria.
Una sesentena de personas, entre gestoras culturales, vecinas vinculadas a espacios autogestionados o a entidades del municipio y técnicas de la economía social y solidaria, se reunieron con un objetivo común: intercambiar buenas prácticas en materia de gestión comunitaria. La Jornada CulturaCOM, que tuvo lugar en el casal de barrio Can Carol, en el barrio graciense de Vallcarca, fue organizada por la Xarxa d’Espais Comunitaris de la Xarxa d’Economia Solidària.
“Un espacio referente para mi hija”
Desde Periferias Cimarronas, el espacio cultural “de afectividad política y de amor negro”, como ellas mismas se definen a su web, pusieron en común como surgió el proyecto y como entienden la gestión comunitaria desde la sala. Karel Mena, miembro de Periferias, explicó la necesidad que tuvo una compañera, en aquel momento de movimientos antirracistas, cuando nació su hija. “Fue entonces cuando tomó conciencia que no había referentes negros, y se dijo a sí misma ‘necesito un espacio referente para mi hija’”. Periferias nace con la voluntad de ofrecer un espacio y dirigirse en la comunidad afrodescendiente y Mena destaca que “no introducimos el concepto de arte comunitario, pero sí el de comunidad”. De hecho, actualmente tienen en marcha dos proyectos comunitarios: el Teatro Contralegislativo, un proyecto de acción política contra el racismo institucional de la Ley de Extranjería, y el Cabaré feminista, que “aborda en clave de humor temas muy duros que vivimos como mujeres racializadas”.
¿Qué entra en el marco de cultura popular?
David Martos, coordinador del Ateneo Popular de Salt compartió una situación que se había vivido en su municipio. “La comunidad latina pidió un espacio público para hacer celebraciones de los quince años y el consistorio los denegó al considerarlo rituales privados, y realmente, para la comunidad eso no es privado, es una manera de expresarse culturalmente”. Esta anécdota dio paso a un debate sobre como la cultura popular tiene ahora nuevas expresiones de comunidades migradas. “Muchas de las expresiones culturales no se nos legitiman. A nosotros no nos reconocen como cultura, porque todo está construido desde una mirada colonialista. Hay que iniciar un proceso de descolonización y es una cosa de la cual se habla mucho poco” concluyó la Karolyna Núñez, del Espacio La Tregua.
Amateurismo vs. profesionalización
“De aquí salimos sin definir qué es la cultura comunitaria, es muy complicado hacerlo” dice entre risas Javier Rodrigo, miembro del Teatro Arnau Itinerant y uno de los dinamizadores de la jornada. Sin embargo, las personas vinculadas al sector cultural se reafirmaron en la necesidad de deshacerse de la sensación de ser poco serias o poco profesionales cuando se programa desde la acción comunitaria, y sacar pecho de la importancia del proceso creativo, y al mismo tiempo “romper con la idea de ser agentes amateurs para no poner tanto el foco en el producto final y hablar en términos de militancia”, concluye Javier.
Iniciativas comunitarias
Detrás de las jornadas CulturaCOM, está la Xarxa d’Espais Comunitaris, un grupo de personas y colectivos “que coordinamos diferentes proyectos gestionados de manera comunitaria, con el objetivo de construir espacios horizontales y transparentes donde reapropiarnos de nuestras vidas desde el apoyo mutuo” como explican a través de su web. No solo han organizado estas jornadas, que además se replican cada año y son espacios donde compartir recursos, poner en común dudas y buenas prácticas, también han participado en la elaboración del Balance Comunitario, una herramienta de rendición de cuentas y mejora continua de los procesos de gestión comunitaria de proyectos o espacios comunes.
A la hora de cuantificar las iniciativas que se enmarcarían en la cultura comunitaria no se quieren comprometer mucho, porque, aunque “han participado 40 proyectos con prácticas propias de la cultura comunitaria, no se puede cuantificar el total de proyectos, ya que hay muchos ateneos u otros espacios, que practican la acción comunitaria, pero no se identifican como tal,” explica Mariona Soler, miembro de la Xarxa.
*Fotografías de la CulturaCOM 2023 a cargo de Júlia Lloveras del Casal de Barri Can Carol.