Un par de patines, rodilleras y bastante habilidad para desplazarse por la sala del Casal de Barrio Pou de la Figuera. Éstos son los requisitos para asistir a Rola Lola Training, la cita semanal de las vecinas que practican patinaje en el distrito de Ciutat Vella.
Cada jueves, las puertas de la sala grande de este casal de barrio se abren para que vecinas aficionadas a la danza y al patinaje practiquen sobre ruedas. La iniciativa nació en demanda de un pequeño grupo de mujeres que “han acabado siendo el núcleo duro de la actividad”, nos explica Aidà Almirall, dinamizador del casal. Es una actividad autogestionada a la cual cada semana se suman más mujeres.
En el Pou de la Figuera “no hay una tallerista que cobre para enseñar a patinar, ni a unas alumnas que paguen por la sesión,” añade Aidà. De hecho, en el casal huyen de este concepto de talleres de otros espacios o equipamientos. En este espacio que Almirall describe “de encuentro y de intercambio” los liderazgos van rotando y “ésta es la gracia, porque comparten técnicas e intercambian maneras de hacer,” opina Aidà.
En Rola Lola Training, aunque hay personas muy vinculadas en la práctica, la radiografía de las asistentes varía cada semana. Lo que se mantiene de manera más estable es la vinculación del colectivo, Tudanzas, una entidad del barrio que entiende el arte y la danza desde la vertiente comunitaria. “A partir de su participación esta actividad ha crecido mucho”, concluye Almirall.