Poneos en la piel de científicos y científicas con el juego de rol Nexus Island
Descubrid las interacciones que hay entre los humanos y el ecosistema marino y reflexionáis y debatís sobre el impacto en el entorno con este juego de gran formato dirigido especialmente a educación secundaria. Ya lo podéis pedir en préstamo al SDEA. Contiene un guión para facilitar la tarea de dinamización al profesorado.
Ésta es una historia de tres días. Pasa en la isla Nexus. Nexus significa conexión: ésta es la isla donde todo está conectado”, así se inicia el juego en que el alumnado coge el rol de científicos y científicas para resolver una situación inédita. ¿Hay una extraña capa verde en el mar y está afectando a la isla, qué es? ¿por qué ha aflorado? ¿qué tenemos que hacer para evitar que vuelva a pasar?
Nexus Island es un juego de rol que pretende acercar la tarea científica a la ciudadanía y mostrar cómo aplicamos el conocimiento científico al día a día. A través del aprendizaje sobre la gran biodiversidad de microorganismos del ecosistema marino y las interacciones con la actividad humana, el juego fomenta la reflexión sobre el impacto y la relación del ser humano con el medio ambiente.
Podéis pedir el juego en préstamo al servicio de Documentación de Educación Ambiental a través de éste formulario de solicitud de recursos.
Se trata de un juego de gran formato en el cual el mostrador está una gran lona que se extiende al suelo y el alumnado puede ver y manipular todo el contenido desde el lugar que ocupa. Cuenta con un guión dirigido al profesorado que facilita la dinamización del juego, que además incluye recursos tanto para preparar previamente a la sesión, como para complementarla posteriormente.
El juego ha sido desarrollado en el marco de la campaña científica SACO – Traversing European Coastline por elEnviornmental Molecular Biology Laboratory (EMBL), en el que se recogieron datos durante un año en ambientes costeros de toda Europa para descubrir todas las interacciones que hay entre los humanos y el ecosistema marino, sobre todo en referencia a sus impactos. Para hacerlo se hicieron muestreos en diferentes ambientes de la costa europea (próximos a campos de agricultura, desembocadura de ríos, ciudades y puertos y zonas prístinas o poco impactadas).
