'El mal de la piedra' o las huellas del autoritarismo en las sociedades

La dramaturga Blanca Doménech firma el segundo proyecto escénico de la compañía teatral argentina El Vacío Fértil, que ya había estrenado anteriormente De tiburones y otras rémoras y que, ahora, vuelve a hacer algo que se le da muy bien: partir de la actualidad periodística (en aquel caso las acciones preferentes y ahora la polémica sobre la tumba de Franco) para inducir unas reflexiones que van más allá de unos hechos y de un país concreto.

Tony Lestingi dirige esta vez una propuesta que interpretan Romina Pinto e Iván Steinhardt. Ella es Miranda, una restauradora que investiga el mal que afecta a la piedra de la cual está hecha la basílica de El Valle de los Caídos y que está a punto de provocar el derrumbe del edificio. Pero, mientras hace su trabajo, un enfrentamiento en el exterior entre grupos neonazis y defensores de la memoria histórica la dejará encerrada en el interior, con la única compañía de un guarda de seguridad.

Ambos, restauradora y guarda de seguridad, deberán conversar. Y mientras hablan, la postura aparentemente neutral del vigilante hará aparecer las contradicciones políticas y morales de la propia restauradora. Y es que del mismo modo que el agua es capaz de hacer un agujero en una roca por dura que sea, los hechos influyen también en los discursos...

Todo ello es una reflexión.... ¿sobre la guerra civil española? Sí, pero también sobre muchas cosas más, puesto que el texto se pregunta, en realidad, por las consecuencias que tiene para un pueblo el hecho de haber vivido sometido a una dictadura y qué huellas dejan en los habitantes de un país los regímenes autoritarios.

Si tenéis curiosidad por escuchar las interesantes reflexiones que nos plantea este montaje, dirigíos a la sala Porta4 de Gracia pero, antes, consultad su web.