
Cítric enaltece todas las libertades corporales
La undécima edición del festival inicia con la danza de Alberto Velasco, una performance para celebrar la no normatividad.
Trabajar incansablemente para conseguir un objetivo físico imposible, pero socialmente deseable. La obsesión por la belleza, un concepto abstracto y mutable, nos atrapa como sociedad y limita nuestras motivaciones. Dentro de este constructo, el cuerpo se transforma en una prisión, en una batalla que no se puede ganar. Porque ni siquiera se tendría que plantear. La undécima edición del festival Cítric se inicia el 7 de febrero con mucha fuerza, planteando un cambio de paradigma liberador: aceptar la multiplicidad de corporalidades, reivindicando la presencialidad a la esfera cultural y pública.
En este sentido, el ciclo trata de poner en perspectiva la capacidad que tiene la cultura como eje transformador de la realidad, desde una visión crítica y popular. La edición de este año, que se alargará hasta el 28 de marzo, busca reflexionar sobre el cuerpo, cuestionando las convenciones estancas que parecen inamovibles. A través de la danza, la música, las artes audiovisuales y el circo se propone un discurso donde la aceptación de cualquier tipo de corporalidad sea la norma y no la excepción.
Cítric es el prisma de la cultura crítica y el corazón de la programación impulsada por L'Ateneu que empieza con la danza expresiva de Alberto Velasco. Mover Montañas es un grito a través del movimiento que pide variar de perspectiva y criticar la normatividad. Sobre una canción que habla de tradición, serpentean movimientos que evocan emoción con los que el bailarín, desde un cuerpo de identidad queer y nada normativo, invita a romper esquemas.
Foradada es otra de las actuaciones que acoge el ciclo Cítric y que rezuma incomodidad hacia una realidad opresora. Con cestos de mimbre y acrobacias, la representación circense de la compañía Moll de l'Os ataca la tradición, cuestionando la identificación dicotómica de género. Así, Foradada clama el derecho a existir a través del cuerpo acrobático que se convierte sutilmente en un ritual de reflexión colectiva.
Completan el cartel de la edición Lo único que verdaderamente quise toda la vida es ser delgada, Jaleo is a crime de Los Voluble y Remei de can la Fresca, actuaciones que navegan entre el teatro, la música y las artes audiovisuales para lanzar una crítica mordaz hacia esferas de la realidad que oprimen colectivos invisibilizados a la esfera cultural. ¿Te animas a participar en este espectáculo motivador del cambio? Puedes consultar el programa completo y adquirir entradas a través de la página web de L'Ateneu Popular de 9 Barris.